En el mundo del lujo, pocas marcas han logrado lo que Chablé: construir una experiencia de hospitalidad de ultra alto nivel, sin desprenderse de la tierra que la vio nacer. Dulce Cauich Estrada, Gerente de Cultura de Chablé Hotels, compartió cómo la marca ha crecido desde sus raíces mayas hacia nuevos horizontes nacionales, sin perder su esencia.
“Yo estoy desde la preapertura, voy a cumplir nueve años”, señaló Cauich en una entrevista realizada con EQUIPAR, en el marco del pasado evento Summit Mexicano de la Hospitalidad, celebrado en Mérida, Yucatán. La vocera, fue testigo de cada etapa: desde los primeros días con una operadora externa, la transición hacia la operación directa por parte de los propietarios, la pandemia, la transformación en una marca propia y la posterior expansión. “Ningún año ha sido igual, siempre hemos estado en constante evolución”.
CAPACITACIÓN CONTINUA
La propiedad pionera, Chablé Yucatán, ubicada en el corazón del Mayab, ha sido reconocida mundialmente por su arquitectura, su integración con la naturaleza y su enfoque holístico del bienestar. Pero lo que no siempre se ve a simple vista es el motor humano que lo impulsa. Lejos de depender exclusivamente de personal capacitado en grandes ciudades o centros turísticos, Chablé apostó por el talento local de comunidades aledañas, muchas veces alejadas del radar del turismo tradicional.
“Son zonas que solo estaban explotadas en temas de maquiladora, granjas, amas de casa o el campo”, explicó Dulce. “Nosotros hemos apostado por ese servicio auténtico y genuino que tienen nuestros paisanos yucatecos”. Y lo han hecho a través de programas de formación intensiva, cruzada entre distintas áreas, e incluso con clases de inglés dentro de la misma propiedad. “Tenemos una maestra de inglés en propiedad. Es algo tan reconfortante y de orgullo ver cómo colaboradores que solo hablaban maya y español ahora están en niveles B1 o B2 de inglés”.
El enfoque de capacitación continua ha dado frutos palpables: la permanencia del personal (a veces difícil en la industria) ha sido una constante en Chablé. Colaboradores como Dulce, llamados “pioneros”, han acompañado a la marca desde sus inicios. “El entrenamiento ha sido fundamental, y eso también marca una permanencia, porque el colaborador quiere seguir aprendiendo todo el tiempo”.
DESARROLLO
A partir del éxito del modelo en Yucatán, la marca ha crecido de forma orgánica pero decidida. Hoy opera Chablé Maroma, en la Riviera Maya; Casa Chablé, en la reserva de Sian Ka’an en Tulum; y ya tiene en puerta nuevas aperturas: Chablé Mar de Cortés, Chablé Valle de Guadalupe y Chablé Guadalajara, cuya primera piedra ya ha sido colocada. En cada sitio, la fórmula se adapta a la región sin traicionar su espíritu: “Sin perder el concepto de bienestar, se adapta a lo que el huésped consumidor está buscando, respetando siempre las propiedades donde se instalan”, detalló Cauich.
El secreto del éxito, aseguró, no está en seguir una moda, sino en permanecer fieles a sus valores fundacionales. “Es la constancia, la evolución, el respeto a la cultura, al huésped, al colaborador. Buscando tendencias, pero sin perder lo que conecta con la esencia de Chablé: la cultura, el misticismo, lo muy regional, muy mexicano”, finalizó.
25/04/2025
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