Por: Ing. César Ruiz
CEO de Setri Sustentabilidad SAS
Poco o nada se habla en Colombia de la calidad del aire en los espacios interiores, no existe una normatividad y esperamos que no estemos muy lejos de que esto suceda. Las actividades de la vida diaria hacen que el individuo pase más del 90% de su tiempo en espacios interiores (oficinas, colegios, hospitales, guarderías, centros comerciales, viviendas particulares, etc). Por tal razón, la calidad del aire que en ellos se respira puede afectar seriamente la salud de sus habitantes.
Los potenciales contaminantes son de distintos orígenes: derivados de la combustión, agentes y procesos biológicos, gases y compuestos orgánicos volátiles (COVs). El contaminante y los procesos patológicos derivados de la exposición son diferentes según los estratos sociales, la localización geográfica y los condicionantes culturales de los individuos. En países de mayor desarrollo socioeconómico influyen en la calidad del ambiente interior, el diseño arquitectónico de los edificios, las fuentes de contaminación exterior, los materiales de construcción y los sistemas de ventilación y de aire acondicionado.
En los países menos desarrollados, el empleo de combustibles fósiles para cocinar o calentar los hogares es una fuente de aportes de contaminantes a los espacios. Las infecciones del tracto respiratorio inferior en niños, así como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y los tumores de vías respiratorias en adultos, son las principales patologías causantes de muertes atribuibles a la mala calidad del aire interior.
CALIDAD AMBIENTAL
La calidad ambiental se define como la armonía de factores térmicos, acústicos, luminosos y del aire que se respira, que no debe presentar ningún peligro para la salud y además debe ser confortable en temperatura. El aire interior de una vivienda o edificio no debe contener contaminantes en concentraciones superiores a aquellas que puedan perjudicar la salud o causar malestar a sus ocupantes
La composición química del aire comprende una multitud de sustancias en bajas concentraciones. Los niveles de contaminación medidos en estudios realizados en oficinas y en viviendas suelen estar por debajo de los límites permisibles para ambientes interiores, pero el análisis químico no permite predecir la percepción que los habitantes tienen del aire que respiran. Los contaminantes biológicos casi nunca se estudian. La mezcla de muchos contaminantes aún en bajas concentraciones y matizados por las condiciones de humedad y temperatura pueden empeorar la percepción de su calidad; por ello el olor es un indicador útil para valorar la calidad del aire interior. En este sentido, la Sociedad Estadounidense de Ingenieros en Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado (ASHRAE) ha elaborado unas recomendaciones para valorar el Aire Interior, que se puede considerar de buena calidad cuando no hay contaminantes conocidos en concentraciones nocivas y cuando una mayoría sustancial (80% o más) del personal expuesto no expresa molestias.
Los productos de limpieza y de aseo personal contienen partículas respirables irritantes, aunque casi siempre en baja concentración. En un estudio publicado en 2009 se encontró un número muy significativo de personas con reacciones adversas a productos aromáticos, el 19% presentó problemas respiratorios, cefaleas e irritación ocular. También los insecticidas y pesticidas contienen organofosforados o hidrocarburos que elevan la concentración de COV´s. Adicionalmente la fuga de gases tóxicos a través del suelo bajo las casas o de los servicios de aguas puede producir contaminantes al aire interior, y la principal fuente es la emisión del gas radioactivo radón.
TECNOLOGÍA RCI®
En la actualidad existe una tecnología que inactiva virus, bacterias y ayuda al control de gases radón y COV´s, esta tecnología desarrollada por la NASA para las naves espaciales con el fin de mantener un ambiente saludable y controlado, está basada en el principio de purificación del aire de la naturaleza. La NASA, estudiando el proceso físico que se produce en la naturaleza, comprobó el efecto purificador producido en el aire por la creación de ciertos activadores purificadores y ecológicos.
La tecnología RCI® (Ionización Catalítica Radiante) reproduce el mismo proceso que se desarrolla en la naturaleza tras una tormenta, limpiando y purificando el aire, mediante la creación de activadores purificantes y ecológicos. Este proceso se desarrolla en la célula RCI® compuesta por una lámpara de UVX de alta densidad, alojada dentro de catalizadores o reactores en configuración de panal de abeja, compuesto por una aleación específica de metales nobles. La energía aportada por los fotones en este catalizador genera hidróxidos, peróxido de hidrógeno, iones negativos y oxígeno enriquecido. Estos elementos trabajan en sinergia creando y difundiendo un plasma purificador que se difunde a todo el espacio interior.
Este plasma purificador realiza cuatro funciones naturales: 1) Ionización: descarga de iones negativos que modifican la estructura molecular de las partículas en suspensión, propiciando su precipitación por gravedad y así, eliminándolas del aire que respiramos; 2) Desodorización: los iones descomponen las moléculas gaseosas dejando el espacio libre de humo y olores desagradables; 3) Desinfección: se consigue un 99,99% de efectividad en la eliminación de bacterias, virus y gérmenes, además de eliminar los hongos y el moho. Es un complemento esencial para el HVAC; 4) Oxigenación: con la actuación sobre la molécula de oxígeno se obtiene una calidad de oxígeno enriquecido.
Estas tecnologías ya están disponibles en el mercado colombiano, permitiendo mejorar la calidad de los ambientes interiores, la salud y la productividad de los ocupantes. Se encuentran también en investigación las implicaciones de ahorro energético al utilizar estas tecnologías para reducción de recambios de aire en climas cálidos.