El sector turístico sin duda ha sido muy castigado por la crisis sanitaria que estamos viviendo actualmente. Según la empresa de consultoría Deloitte, la recuperación del sector turístico será gradual y alcanzará una situación de normalidad hasta entrado el 2021. Según sus estimaciones, en junio de este año se empezarán a realizar viajes de primera necesidad; en agosto se activará el sector hotelero con los viajes nacionales. Estos serán principalmente a segundas residencias o a apartamentos vacacionales y probablemente usando transporte privado; en noviembre se empezará a ver un aumento de los viajes corporativos y los eventos que se han tenido que posponer; en diciembre de este año, por fin, empezará a crecer (poco a poco) el turismo internacional; no será hasta el verano de 2021 cuando comprobemos si la gente realmente se siente segura para viajar de forma intensa y a destinos de larga distancia.
La recuperación del turismo será en dos fases. Primero el turismo nacional de cercanía, donde no hay que usar medios de transporte masivo y más tarde el turismo internacional. Hay mucha gente que tendrá miedo a viajar en un avión 10 horas para llegar a un destino lejano y exótico. Algunas compañías aéreas, como Emirates, están planificando la realización de tests rápidos de Covid-19 antes de subir al avión, para ofrecer seguridad a sus pasajeros. También se ha polemizado alrededor del llamado Pasaporte de Inmunidad.
MEDIDAS DE MITIGACIÓN
Es difícil saber con exactitud cuándo empezará la recuperación, pero en el corto plazo los gobiernos y las empresas privadas están implementando medidas para proteger al sector tanto como sea posible. Es probable que la recuperación sea más rápida en aquellos destinos que adopten diversas acciones coordinadas e integradas, tales como:
Reducir la carga tributaria. Los Gobiernos están suspendiendo o reduciendo los pagos de impuestos sobre la renta, las tasas para las empresas, el impuesto al valor agregado (IVA) y otros cargos que se aplican a las empresas, incluidos el aplazamiento de la retención de impuestos en la fuente y el pago de las licencias por enfermedad para proporcionar alivio al personal con ingresos reducidos.
Minimizar la pérdida de ingresos. El sector turístico está renunciando a cargos por cambios de reservas e incentivando a los viajeros a posponer sus viajes en vez de cancelarlos.
Proporcionar liquidez. Los Gobiernos, las instituciones financieras y otros organismos están ofreciendo donaciones, fondos o capital alternativo para aquellos que están en mayor riesgo, como las pymes, así como aumentando las líneas de crédito o el capital de trabajo.
Reducir la deuda. Los bancos están ampliando la asistencia en materia hipotecaria y los aplazamientos del reembolso de los préstamos.
Redistribuir los recursos. Los destinos turísticos están analizando oportunidades para reasignar al personal o redistribuir los recursos turísticos a fin de apoyar los programas de salud pública, como utilizar los hoteles para brindar atención médica a los pacientes de bajo riesgo.
Planificación y comunicación. Las asociaciones y comunidades de destinos turísticos están formando grupos de respuesta de emergencia por Internet, con objetivos, que incluyen unirse para cerrar todas las atracciones turísticas y hacer seguimiento y comunicarse con los compradores comerciales y los consumidores a través de las redes sociales. Los mensajes deberían centrarse de manera transparente en los riesgos para la salud, los casos y las medidas de mitigación.
Informar al sector. Los Gobiernos y las asociaciones pueden preparar orientaciones y actualizaciones sobre todas las medidas que se toman y comunicárselas al sector y los miembros que las integran.
Apoyo para enfrentar el riesgo sanitario. Entregar apoyo financiero público o suministros a las empresas para gestionar los costos derivados de hacer frente a los efectos del virus, como servicios de limpieza profunda. Un ejemplo es el fondo de asistencia para la limpieza de los hoteles en Singapur.
Generar ingresos alternativos. Los destinos y el sector del turismo están contemplando maneras innovadoras para mantener algunas fuentes de ingreso y, al mismo tiempo, desincentivar los viajes. Por ejemplo, estas incluyen mecanismos de cupones pagados por adelantado, contenido para consumir en casa, como visitas virtuales, audioguías para paseos, recetas de cocina en línea de restaurantes u hoteles, clases de yoga y de spa, y servicios de reparto de comida a domicilio.
CAMBIOS A LA VISTA
Más allá de las cancelaciones masivas de reservas para los próximos meses y la situación de riesgo para toda la temporada de verano del hemisferio norte -vital para muchos destinos de todo el mundo- la crisis del coronavirus tendrá un impacto en la forma en que viajamos y en cómo nos relacionamos.
Probablemente esta pandemia creará un cambio psicológico, por lo que durante el primer año muchos turistas preferirán viajar a destinos cercanos en su propio país, o bien a países donde la pandemia no haya sido demasiado intensa.
Algunas de las situaciones que se verán en los próximos meses son: 1) mayores medidas sanitarias en aeropuertos, estaciones de tren y de autobús; 2) medidas de seguridad sanitaria en museos, monumentos y otros atractivos turísticos; 3) reducción del aforo de personas que pueden acceder a lugares de gran afluencia turística y en el transporte público; 4) medidas extras de limpieza en hoteles y otras opciones de alojamiento; 5) cambios importantes en la forma de organizar reuniones y eventos; 6) Aumento de la demanda de seguros de viajes que cubran pandemias.
MÉXICO SE PREPARA
En cuanto a México, la Asociación de Secretarios de Turismo (ASETUR) prepara tres campañas para contrarrestar la crisis que ha generado la Covid-19 en el sector, ello de la mano de líderes y empresarios que ya contemplan la participación en 16 mercados estratégicos a nivel internacional, así como la campaña de alcance nacional, acompañado de una campaña digital de soporte a desarrollarse en tres etapas.
En reunión con Miguel Torruco, Secretario de Turismo, la ASETUR definió los lineamientos que servirán de contención frente al impacto económico que ha tenido la pandemia de coronavirus en el sector y, por ende, en todos los destinos turísticos del país.
En respeto y seguimiento a la sana distancia, la reunión se llevó de manera remota el pasado miércoles 8 de abril por parte de la Secretaría de Turismo, la cual, en compañía de integrantes del gremio definió que la campaña internacional estaría dirigida a: Alemania, China, Reino Unido, Japón, Corea del Sur, Colombia, Brasil, Chile, Perú, Argentina, Estados Unidos, Francia, Italia, Australia, Canadá y España.
Respecto del ámbito nacional, destacó que la campaña se implementará en todos los segmentos turísticos y regiones del país, según informó Luis Humberto Araiza López, presidente del consejo directivo de ASETUR y secretario de Turismo de Baja California Sur. Araiza López también señaló que cada uno de los 32 estados de la República Mexicana contará con la oportunidad de construir una narrativa que se acompañe de una línea estratégica de comunicación.
En el plano digital, los representantes del turismo comentaron que la estrategia usará como plataforma a VisitMexico, además de apoyarse en los nexos que cuentan en la Secretaría de Relaciones Exteriores, a fin de activar el Consejo de Diplomacia Turística; la prospección de la estrategia en general tomó en cuenta a los mercados emisores más importantes de México. Otra de las opciones planteadas por parte del sector turístico se basó en la solicitud de la reducción de aportaciones patronales para la seguridad de los trabajadores, lo cual se hizo a través de una carta dirigida a Alfonso Romo, jefe de la oficina de Presidencia, propuesta hecha por el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET).
En la citada carta el Consejo solicita tres medidas que considera primordiales para el rescate del sector: la exención temporal de cuotas patronales del IMSS, así como la deducibilidad en un 100% de éstas a manera de esquema de recuperación; la exención temporal de las cuotas al Infonavit y Afores, además de la activación de un seguro para alentar la creación de empleos, que permita a las empresas encarar la crisis sanitaria. En relación con las exenciones laborales, el CNET pide una gracia mínima y temporal de tres meses.
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