Los Hospitales hoy en día están cada vez más preocupados por obtener las mayores puntuaciones en cuanto a su capacidad para mantener a los pacientes libres de infecciones, accidentes, errores de medicación, entre otros. Las cifras son alarmantes: uno de cada diez pacientes ingresados en un centro hospitalario contraerá algún tipo de infección durante su estancia.
Es por ello que los sistemas HVAC en centros de salud, van más allá del confort y se convierten en un aliado de la protección, salud y bienestar de los pacientes, personal y visitantes. Por lo anterior, estos sistemas deben: 1) Proveer ventilación exterior para tener una ventilación por dilución, 2) Reducir partículas aerotransportadas, para evitar contagios, enfermedades intrahospitalarias e infecciones post-operatorias, 3) Restringir el movimiento del aire dentro y entre las diversas áreas del hospital, 4) Mejorar la calidad del aire, con sistemas purificadores, antimoho, antiolores y antibacterias.
Los sistemas HVAC en centros de salud deben de satisfacer una variedad de demandas y aplicaciones, que los ingenieros deben llevar a cabo tomando en cuenta variables como la humedad, temperatura, circulación, ventilación y limpieza del aire, entre otras. Sin embargo, el principal reto que conllevan estos sistemas lo representa la reducción de las infecciones hospitalarias, tales como la tuberculosis, gripe, síndromes respiratorios agudos y otros bien conocidos en los hospitales, como el acinetobacter baumannii y
el Staphylococcus.
ZONIFICACIÓN POR ACTIVIDAD
El sistema de climatización de los hospitales debe estar zonificado según la actividad o departamento, por ello esta especialidad debe estar en estrecha relación con la de la arquitectura, al concebir un proyecto. Las principales áreas y por ende zonas que tendrán sistemas de suministro, retorno o extracción de aire separados serán: Cirugía, Cuidados de Pacientes, Patología, Laboratorios, Administración, Tratamiento y diagnóstico, Esterilización y Servicios.
Las salidas de aire expulsado por el sistema de extracción, estarán alejadas 9 metros como mínimo de cualquier toma de aire exterior, ventanas y entradas de personas, a una altura de 1 metro por encima de la cubierta del edificio, teniendo en cuenta la dirección de los vientos predominantes. Las tomas de aire exterior deberán situarse a 9 metros como mínimo de cualquier salida de humos de combustión, extracción, torres de enfriamiento, fuentes ornamentales, o sistemas de vacío. En altura a no menos de 1,80 metros por encima del nivel principal.
En muchos casos el aire acondicionado de los hospitales es un factor determinante en el tratamiento de los pacientes con afecciones cardíacas, de tiroides, respiratorias, quemaduras y SIDA. Precisamente por el cuidado extremo al que se ven sometidos éstos, es que los sistemas de climatización son especiales y difieren bastante de las aplicaciones comerciales, porque necesitan: 1) Determinado comportamiento de los flujos de aire, control de la presión y restricción de este al área para evitar contaminaciones; 2) Requerimientos específicos de filtrado y aire exterior para remover olores, sustancias químicas peligrosas, radiactivas o evitar la proliferación de virus y microorganismos; 3) Control zonal de diversos valores de temperatura y humedad; 4) Un sofisticado sistema de control automático para regular el funcionamiento de los sistemas zonales.
Es de resaltar que ninguna área hospitalaria como Cirugía requiere un control más cuidadoso de las condiciones ambientales y de la asepsia. Aunque una sala de operaciones (quirófano) podrá considerarse como una “Sala Limpia” en muchos aspectos de su diseño, no tendrá una clasificación como tal de su nivel de limpieza, ya que en este tipo de aplicación prima limitar la cantidad de bacterias, virus o microorganismos, más que cantidad de partículas.
CONTROLANDO LA VENTILACIÓN
Un estudio del Departamento de Ingeniería del Control de Patógenos de la Universidad británica de Leeds ha concluido, que haciendo pequeños cambios en la ventilación, podrían reducirse hasta un 75% las infecciones, esto debido a que los patrones de los flujos de aire contaminado en los hospitales, son los que permiten la proliferación de infecciones, algo que hasta ahora ha sido largamente ignorado en la cadena de la infección.
Los investigadores han llegado a la conclusión de que actividades rutinarias tan corrientes en un hospital, como la ronda de los médicos y enfermeras, cambiar las camas y cerrar o abrir las cortinas, están directamente relacionados con picos en la presencia de partículas en el aire de las habitaciones.
El estudio señala igualmente, que la característica física más importante para clasificar los microorganismos aerotransportados es su tamaño, ya que impactará directamente en la eficiencia de la filtración. Además, han puesto énfasis en la necesidad de mejorar la ventilación de las habitaciones, y recomiendan poner algún tipo de separación física entre los pacientes. Ya varios países están teniendo en cuenta este estudio para mejorar el sistema de ventilación de sus centros hospitalarios.
En conclusión, se requiere un diseño más inteligente de los hospitales para evitar el brote de infecciones. Algunas de las estrategias de ingeniería para controlar la calidad del aire interior y las infecciones nosocomiales son: Filtración, luz germicida, diferencial de presión y flujo del aire, dilución y captura desde la fuente, entre otros.